viernes, 6 de junio de 2008

JUSTIFICACIÓN





Cuando pensamos en una ciudad, lo ideal sería imaginarnos un lugar dónde se garanticen los derechos básicos de cada uno de los habitantes, para así alcanzar el desarrollo integral de todos. Pero esos derechos están enmarcados por la estructura de la que disponga la ciudad, y lo más importante, por el reconocimiento de que dicho espacio requiere reciprocidad cuando aparecen los deberes.

En cuanto el derecho a gozar de un ambiente sano, de inmediato nos plantea una serie de deberes. Porque cuando éste se ve amenazado, no lo hace por su propia cuenta, sino por la de las situaciones que van en contra de él, que en últimas termina afectando los recursos necesarios para la vida de todas las personas.

Afortunadamente los individuos están a tiempo de dejar de ser “los autodestructores de su entorno” para empezar a convertirse en los gestores de procesos que desencadenen lo contrario: la conservación del entorno natural y la prolongación de hábitos que le sean favorables para su mejoramiento. De allí que la presente propuesta de cultura ciudadana tenga validez y se justifique.

Si un grupo humano tienen un área que les pertenece, dónde han crecido, estudiado, en fin, vivido, que seguramente le heredarán a sus hijos, no se pueden seguir comportando con ella como si los recursos fueran perennes e inmutables ante su accionar.

Allí reposa la importancia de propuestas de ésta índole, que amparadas en la norma de normas, la Constitución Política de Colombia en la que reza como principio fundamental la “obligación del Estado y de las personas de proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación”[1], pretende sensibilizar a las personas ante los problemas y realidades de su ambiente, que lo defiendan y lo mantengan estable en coordinación con sus vecinos y la administración de turno.

Entre tanto, el hecho de asumir este reto desde la comunicación social, implica reconocer sus alcances y su transversalidad; es decir, estamos en un mundo construido con el lenguaje de la comunicación, y precisamente es éste el motor del obrar humano. El punto es, encaminarla hacia el logro de objetivos que apoyen el porvenir de la sociedad.

El fenómeno social que se abarcará en el grupo poblacional beneficiario, es un tema que se ha venido tratando desde la academia en el Programa de Comunicación social de la Universidad de Pamplona, puesto que posee un compromiso y sentido de retribución hacia la sociedad. Ahora, la labor es visualizar los conceptos en el campo de trabajo, es decir en el barrio “La Palmita”.

Las acciones efectivas frente al ambiente dependerán de la comunicación y su papel interventor, mediador y propiciador de acuerdos sociales, que seguramente aportará a la supervivencia humana que se logra en ecosistemas saludables. Además la movilización civil en pro del ambiente se emparenta desde la comunicación con las relaciones sociales y la cultura, siempre insistente en beneficiar a la naturaleza y a los seres humanos.

Una de las líneas de trabajo consideradas fundamentales para la búsqueda de soluciones a los problemas de una comunidad, son las estrategias ciudadanas, que permiten acercar a los habitantes a su entorno, confrontarlos con sus dificultades y motivarlos para que planteen actividades colectivas con el fin de que éstos reconozcan, aprecien y defiendan su ambiente.

Proponer una estrategia ciudadana es abrir un espacio de participación y el fortalecimiento de la convivencia entre los miembros de la comunidad, porque una de las características de dicha estrategia, es el trabajo en equipo y la buena organización, con el objetivo de buscar concertadamente los mejores correctivos para el mejoramiento de los espacios verdes deteriorados y neutralizar la influencia negativa del problema en los demás seres vivos que conforman el medio ambiente.

La necesidad de plantear una estrategia posibilita el cambio de situaciones de riesgo, y la visualización urgente de medidas preventivas ante una inminente amenaza, en nuestro caso, de la naturaleza que se esta viendo afectada principalmente por la desprotección del hombre. De igual forma, no se alcanzan resultados si la comunidad no trabaja organizadamente y define las líneas a seguir para superar sus dificultades en el tema ambiental, así como sentirse espectadores y no actores en la construcción de planes que fomenten su bienestar. De otra parte las estrategias ciudadanas se convierten en un medio para brindarles capacitación a los colectivos en casos concretos de su realidad municipal.

Es por eso que como estrategas de comunicación social en formación, resulta interesante y gratificante entender este proceso en una comunidad, que necesita la ejecución de propuestas que alivien los problemas sociales y dejen semillas de bienestar.

En el mismo sentido, se iniciarán estudios de reflexión hacia lo que implican los problemas ambientales, desde una perspectiva integral, al comprender que los daños al ambiente son azagayas para el patrimonio común, un futuro promisorio, el progreso de una región y la vida misma.

Entrar a campos inexplorados y tomar iniciativas, siempre tendrá sus ventajas, el hecho de que se gesten proyectos desde del programa de Comunicación Social de la Universidad de Pamplona, evidencia su preocupación por contribuir al desarrollo de la región reafirmando de esta forma su compromiso social.

De esta manera, se hacen visibles las herramientas de la comunicación en la gestión de proyectos, así como la necesidad de capacitar profesionales gestores de acciones sociales, preparados para prestar un acompañamiento a la comunidad, orientar a las organizaciones de la sociedad como mujeres, niños, jóvenes para trabajar en el marco de sus territorios con un interés colectivo, potenciar sus talentos, desarrollar capacidades, promover el diálogo en la búsqueda de soluciones a sus falencias, buscar el fortalecimiento de la convivencia y la cultura ciudadana.

Conjuntamente resulta valioso encontrar que en la Universidad de Pamplona se está fomentando a los estudiantes para que miren hacia la urbe, la analicen y vean en ella un campo de acción dónde se pueden estructurar proyectos que demuestren lo importantes que son los lineamientos de la formación que allí se da, porque ofrecen expectativas y esperanzas de desarrollo social.

La comunicación es un herramienta poderosa para lograr cambios significativos, sólo que la comunidad no sabe que hacer para dar a conocer sus ideas frente a un tema, se sienten aislados por los entes gubernamentales y se convierten en actores pasivos ante su realidad social.



[1] En el titulo II, de los derechos, las garantías y los deberes, el capítulo 3 de los DERECHOS COLECTIVOS Y DEL AMBIENTE, Artículo 79 plantea

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